20 julio 2016 | Campiña Sur, Mancomunidades, Municipios, Santaella, Paisajes con Historia
Descripción de la Ruta del Soto del Arroyo Santa María en El Guijo incluida en el proyecto Paisajes con Historia.
Dificultad | Fácil |
Distancia | 7.6 km |
Interés | Etnográfico / Natural / Histórico / Paisajístico |
Tipoligía | Lineal |
Inicio en el núcleo urbano | Sí |
La ruta
Esta ruta nos conduce desde el Guijo hasta el paraje de El Soto, donde nos encontraremos con la Ermita de la Virgen de las Cruces. Se trata de un recorrido lineal que podemos realizar sin ninguna dificultad y con una distancia de 7.6 km.
El recorrido se inicia cerca de donde se unen dos de las vías pecuarias más importantes del norte de Córdoba, la Cañada Real Soriana y la Cañada Real de la Mesta. Cabe destacar que esta pequeña población tenía antaño una importante función, ya que era el lugar donde se cobraba a los ganados trashumantes el derecho de pasto en el obispado de Córdoba.
Según avanzamos por la ruta, podemos ver el paisaje típico de la comarca de Los Pedroches, la dehesa. En este ambiente conviven las explotaciones agrarias, que se desarrollan al amparo de las encinas (Quercus ilex) junto con explotaciones de especies bovina, ovina y porcina, es decir, conviven en equilibrio y con un desarrollo sostenible, explotaciones ganaderas y agrícolas.
En cuánto a la vegetación que podemos ver en el recorrido, encontramos escasa presencia de matorral y fundamentalmente retama (Retama sphaerocarpa), según nos alejamos del pueblo van apareciendo cantuesos (Lavandulas spp), aulagas (Genista hirsuta) y jaras pringosas (Cistus ladanifer), estás últimas formando jarales cerca del Cortijo del Charco de la Rosa.
El recorrido finaliza en el arroyo Santa María, paraje de El Soto, pero antes de llegar al final, nos encontramos con el el arroyo de los Morales, que se cubre de tamujos (Flueggea tinctoria) y también, aunque en menor medida, de adelfas (Nerium oleander).
Una vez en el arroyo Santa María llama la atención la arboleda de olmos (Ulmus minor) y álamos (Populus alba), además de una colonia de cigüeña blanca (Ciconia ciconia).
En este paraje encontramos la Ermita de la Virgen de las Cruces de finales del siglo XII, en cuyo interior destaca el baptisterio palocristiano. También nos encontramos con el yacimiento arqueológico de Majadaiglesia, correspondiente a la época romana y que es el más importante de la comarca, donde destacan infraestructuras hidraúlicas (cisternas, pozos) y la natatio.
La Dehesa
Es un ecosistema producido por la intervención humana sobre el primitivo bosque mediterráneo, el cual ha dufrido una degradación parcial, aunque de este cambio sobre la naturaleza se pueden obtener beneficios. Pero este cambio no es tan drástico como para eliminar diversidad biológica, que es fundamental para el equilibrado funcionamiento del ecosistema.
Podemos decir que la dehesa, es un bosque acebuchado, que ha sufrido un ligero aclarado de vegetación arbórea y en el que se han elimando prácticamente todo el estrato arbustivo: jaras, lentisco, madroño, etc. Aunque en las zonas más abruptas si se suele mantener una cubierta de matorral más o menos diversa, dependiendo del grado de intervención humana.
La vegetación que destaca en la dehesa es aquella que soporta bien las escasas precipitaciones, donde predomina la encina, en cuánto al estrato herbáceo, destaca la presencia de pastizal.
No podemos olvidarnos de la fauna, cuya presencia en este tipo de ecosistemas es rica y diversa. Las especies más típicas del clima mediterráneo pueblan la dehesa, podemos encontrar: mamíferos como el zorro (Vulpes vulpes), reptiles como el lagarto ocelado (Timon lepidus) y aves como el rabilargo (Cyanopica cooki).
Muros de piedra
El término Guijo hace referencia al “conjunto de piedras pequeñas y desgastadas por la erosión”, y no en vano estos trozos de roca constituyen un elemento fundamental del paisaje de esta parte de Los Pedroches.
El origen de los cercados, finales del siglo XIX y comienzos del XX, se debió a dos causas, unas de tipo funcional: basado en la utilidad de las cercas para fortalecer la actividad pecuaria, es decir, evitando que el ganado propio invadiera terreno ajeno y viceversa, y otras de afirmación de la propiedad.
La disposición de las piedras en el cercado es la siguiente: en la base se colocan las piedras de mayor tamaño (catanas) de modo que se forman hileras más o menos paralelas; a cierta altura, y distanciadas unas de otras, se colocan piedras en sentido perpendicular al cercado, dando estabilidad a la estructura: los codales. Los huecos se rellenan con piedras menores, llamados ripios. La cerca se remata con piedras más planas (bardas) para evitar que el agua se lleve la argamasa que traba las piedras.
Los muros de piedra acogen una curiosa comunidad vegetal y animal. Musgos y líquenes cubren muchos de estos muros, y numerosas hierbas anuales consiguen brotar en los pequeños restos de tierra que se acumulan entre las grietas y resquicios, la planta mejor adaptada es el ombligo de venus (Umbilicus rupestris). En los agujeros entre piedra y piedra se refugian numerosos invertebrados, desde ciempiés a caracoles; aquí pasan su letargo invernal, culebras de escalera (Rhinechis scalaris), de herradura (Hemorrhois hippocrepis) y lagartijas ibéricas (Podarcis hispanicus).
El Pozo del Salistral
La gran mayoría de la provincia de Córdoba pertenece a la cuenca del Guadalquivir, excepto la parte norte de los Pedroches vierte hacia el Guadiana.
Nos encontramos ante uno de los muchos pozos que abundan por esta zona conocido como Pozo de la Sal o Pozo del Salistral. En el brocal del pozo existe un depósito hidráulico utilizado para suministrar agua a la pila contigua, cuya función principal es la de de abastecer de agua al ganado. El Pozo del Salistral se encuentra en el inicio de la zona metamórfica que rodea el batolito de Los Pedroches, por lo que, a diferencia de los pozos que se excavan sobre los terrenos graníticos, pueden alcanzar mucha profundidad.
Desde antaño hasta la actualidad la importancia del ganado a nivel económico en la zona en la que nos hallamos es fundamental, de ahí la necesidad de la existencia de numerosas estructuras hidráulicas. Son de mencionar la Fuente de Santa Ana, Pozo Pechero, Pozo de Los Ranos y Pozo del Chorrito, todos ellos con la característica de tener losas de granito, cuya función es la de evitar el peligro de caer en el pozo o facilitar la recogida del agua. En muchos de los pozos que rodean a los núcleos urbanos, además de los abrevaderos para el ganado, había pilas para lavar la ropa.
Paraje de El Soto
En él se encuentra la ermita de la Virgen de las Cruces y junto al arroyo Santa María, el templo data del siglo XVI, pero ha sufrido varias reformas, aunque éstas no han modificado la planta inicial.
El Soto es una amplia explanada a la orilla del arroyo Santa María, formado por olmos (Ulmus minor) y álamos (Populus alba), sufre pequeñas alteraciones cuando el arroy se desborda. Aguas abajo, a escasos metros, el arroyo Santa María aparece bordeado por un interesante bosque en galería.
Donde podemos encontrar: adelfas (Nerium oleander), tamujos (Flueggea tinctoria), zarzas (Rubus ulmifolius), sauces (Salix atrocinerea), bordean las orillas del cauce, impidiendo, en ocasiones, el acceso al mismo. También podemos encontrar en las cercanías magníficos ejemplares de eucalipto rojo (Eucalyptus camaldulensis).
Desde el punto de vista natural lo más destacable de este paraje y sus alrededores es la avifauna. Al llegar la primavera, la colonia de cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) empieza a cobrar vida, el crotoreo, característico sonido producido por el entrechoque de sus picos, resuena en el valle del arroyo. No es difícil observar, sobrevolando el entorno, a su pariente más escasa y esquiva: la cigüeña negra (Ciconia nigra).
En este paraje también podeos observar aves rapaces, como es el casi del águila imperial (Aquila adalberti), que cría por la zona. Además en los taludes arenosos del arroyo, al llegar la primavera y el verano, podemos deleitarnos con los abejarucos (Merops apiaster), que forman una colonia de cría en ellos.
El hecho de que el arroyo mantenga un caudal de agua a lo largo de la mayor parte del año, permite la observación de aves acuáticas, como garzas reales (Ardea cinerea), gallinetas de agua (Gallinula chloropus) o ánades reales (Anas platyrhynchos); que junto al martín pescador (Alcedo atthis) y un sinfín de pequeños pajarillos alegran el paisaje con sus cantos y reclamos. En numerosos tramos es posible encontrar huellas y excrementos de nutria (Lutra lutra).
El Yacimiento Arqueológico de Majadaiglesia
Se sitúa en un pequeño cerro y se extiende hacia el oeste, hasta la ermita de la Virgen de las Cruces, en el valle del arroyo Santa María.
Las primeras excavaciones conocidas se realizaron, hacia 1930, en ellas aparecieron los elementos principales que configuran el actual yacimiento: infraestructuras hidráulicas de época tardorromana. A principios de la década de los ochenta del pasado siglo nuevas excavaciones, se extendieron hacia la ermita, donde se hallaron cerámicas de la edad del Bronce y celtíberas, abundante material (monedas e inscripciones) de época tardorromana, la de mayor esplendor del yacimiento.
La zona debió de continuar habitada hasta épocas posteriores, como lo atestigua la pila bautismal de inmersión paleocristiana o visigoda, que se encuentra en la actualidad en el interior de la sacristía de la ermita. En la parte trasera de la ermita y del Centro de Interpretación, se ha encontrado una necrópolis tardorromana y paleocristiana, donde son frecuentes las inscripciones funerarias fechadas entre los siglos I y VI d.c. Algunas de estas inscripciones fueron reutilizadas en la ermita y en el antiguo cortijo de Majadaiglesia.
Sin duda la parte más importante del yacimiento es la que se encuentra en el cerro. En él encontramos: restos de muros de una posible línea defensiva (al sur), una gran cisterna descubierta y una estructura rectangular a su lado ( en lo alto del cerro), un pozo y un túnel de mampostería (discurre hacia el oeste), un canal (dirección este-oeste) y una natatio que se encuentra en muy buen estado de conservación, y en la que destacan dos escaleras de descenso, con forma de abanico.
Algunos autores creen que el lugar se corresponde con la antigua ciudad romana de Solia. Esta hipótesis se basa en un “trifinium”, del siglo II d.c., encontrado cerca de Villanueva de Córdoba, en la vía vecinal que uniría Epora y Solia. En él se señala la división de términos de tres ciudades: Sacili (actual Pedro Abad), Epora (actual Montoro) y Solia.
Galería de fotos
Cómo llegar
Salir de Córdoba por la N-432 en dirección Espiel/Badajoz. Una vez en la N-432, tomamos la salida 222 hacia la derecha para incorporarnos a la N-502 en dirección Alcaracejos/Almadén. Después tomaremos un desvío hacia la derecha, incorporándonos a la A-435 y CO-6412 hacia Plaza de la Constitucion en El Guijo.
La ruta en Google
Ruta del Soto del Arroyo Santa María en El Guijo
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Ruta del Soto del Arroyo Santa María en El Guijo
Otros formatos
Más información
. Cordobapedia. Yacimiento Arqueológico Majadaiglesia (El Guijo)
. Ermita de la Virgen de Las Cruces. Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura.Patrimonio Inmueble de Andalucía.
Documentos
. Decreto 62/2010. BOJA nº 64 de 5 de abril de 2010 (PDF)
. Rosas Alcántara, E. (2008). Yacimiento Arqueológico de Majadaiglesia, El Guijo (Córdoba). Estudio Histórico y Proyecto de Puesta en Valor. Arte, arqueología e historia. 15, pp 191 – 197 (PDF)
. Marcos Pous, A. y Vicent Zaragoza, A.M. (1983). Excavaciones en la Ermita de Nuestra Señora de las Tres Cruces. Novedades de Arqueología Cordobesa. Exposición de Bellas Artes. pp 29-33 (PDF)
. Ruta del Soto del Arroyo Santa María en El Guijo
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