Medio Ambiente

Ruta de la Dehesilla en Guadalcázar

Ruta de la Dehesilla en Guadalcázar

Descripción de la Ruta de la Dehesilla en Guadalcázar incluida en el proyecto Paisajes con Historia.

Características de la ruta

DificultadFácil
Distancia11km
InterésEtnográfico/Natural/Histórico/Paisajístico
TipologíaCircular
Inicio en núcleo urbano

La ruta

La ruta se inicia desde un mirador natural al final de la Calle Molino de Viento Tercera. La panorámica muestra la primera parte del camino, un descenso hasta el arroyo de la Marota que tendremos que vadear y ascender hasta los Altos del Baldío. Discurrimos por la vía pecuaria “Vereda de Villafranquilla”.

En la siguiente encrucijada de caminos, tomamos el de la izquierda, continuando hasta la Vía Verde de la Campiña, cruzando con precaución la A-3051. Este tramo del itinerario discurre por La Dehesilla, de singular paisaje, amalgama entre tierras cerealistas, dehesas de encinar con acebuche y pastizal con olivar tradicional complementado con ganadería extensiva. La intersección con la Vía Verde de la Campiña, nos conduce a la izquierda, recorriendo parte del antiguo trazado del ferrocarril, que alcanza su máximo exponente en la zona de la Umbría.

Abandonaremos el tramo de la Vía Verde, en el lugar donde se localizaba la antigua estación, ahora área recreativa. Tomamos a la izquierda el acerado y discurrimos paralelo a la CO-3304 por el conocido como Barrio de San Vicente. Así finaliza el recorrido, llegando a Guadalcázar por la calle Ronda Escolares.

El paisaje de Guadalcázar

Encontramos un paisaje único y con unas características tan singulares que lo convierten en un elemento de primer orden a la hora de valorarlo.

Un primer rasgo identificativo de estos paisajes es su relieve ondulado típico de la campiña, conformados sobre materiales cuaternarios. Un segundo rasgo es la imagen de grandes extensiones de tierras totalmente cultivadas con especies herbáceas entre las que se intercalan algunos cultivos de olivar y en este caso en particular, restos de dehesas y matorral que delatan el antiguo bosque mediterráneo. Todo esto viene sumado al plano lejano al norte, definido como telón visual de Sierra Morena.

Paisaje en Guadalcázar con Sierra Morena al fondo

El valor del paisaje se ve reflejado en el valor biológico. Unos ecosistemas que aglutinan en esta zona como en pocas, los dos tipos predominantes de estepas, la cerealísta por un lado y la leñosa con pastizal fruto de la ganadería extensiva por otro. La fauna ligada a estas zonas esteparias se encuentra amenazada. Los nuevos cultivos intensivos, la desaparición de la ganadería y otros factores, amenazan sus poblaciones. En los últimos tiempos, especies antes comunes y vinculadas a estos biotopos como el alcaraván (Burhinus oedicnemus), la cogujada montesina (Galerida theklae), el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y el primilla (F. naumanni), la carraca (Coracias garrulus), la perdíz roja (Alectoris rufa), el escaso sisón común (Tetrax tetrax) o incluso la liebre (Lepus europaeus), no eran difíciles de avistar en estas “tierras calmas”.

Una explosión de vida

El entorno de La Dehesilla es uno de lo pocos lugares de la campiña donde encontramos retazos de vegetación única. Estamos en un enclave especial, una isla de biodiversidad que ha perdurado entre el trabajo de tractores y cambios de cultivo a su alrededor. Dehesas de encina (Quercus ilex subsp. ballota) con viejos acebuches (Olea europaea var. sylvestris) en un entorno donde la ganadería extensiva ha propiciado un tipo peculiar de pastizal, el majadal, muy rico en especies herbáceas.

La riqueza vegetal se refleja en la fauna presente, entre la que destacan aves como el búho chico (Asio otus), la lechuza común (Tyto alba), el búho campestre (Asio flammeus), cuervo grande (Corvux corax) procedente de un dormidero cercano o el autillo (Otus scops) en los meses de verano. Entre los mamíferos destacar el tejón (Meles meles), el zorro (Vulpes vulpes) o la gineta (Genetta genetta) que utilizan estos “corredores” naturales de vital importancia para sus desplazamientos.

De vía ferroviaria a vía verde

En esta ruta encontraremos la antigua estación de Guadalcázar, entre las estaciones de Las Pinedas (La Carlota) y Las Tablas (Córdoba).

Este ferrocarril fue construido en la segunda mitad del siglo XIX para unir Córdoba y Sevilla, mediante un trazado alternativo a la línea que seguía la vega del Guadalquivir. Aunque trasportaba pasajeros entre las diferentes localidades, su utilidad fue mayormente el trasporte de mercancías a lo largo de la campiña.

En la actualidad, el antiguo trazado ha sido acondicionado para un nuevo uso, en este caso lúdico y de esparcimiento: la Vía Verde de la Campiña. Senderistas y ciclistas discurren por lo que fuera el trazado de humeantes locomotoras a vapor. La estación, se ha trasformado en un área de descanso con bancos, fuentes y parques infantiles. Lejos quedan las reatas de arrieros que trasportaban las mercancías traídas por el Marchenilla, como también se conocía a este tren.

Ahora este paraje histórico da vida a una actividad distinta, con un claro tinte nostálgico pero a la vez enriquecedora, el pasear y discurrir por uno de los tramos de más belleza y valor ecológico de la Campiña cordobesa.

Galería de fotos:

Cómo llegar

Desde Córdoba, tomar la A-4 dirección Córdoba-Sevilla, donde se cogerá la salida 420 hacía Guadalcázar. Seguir por CO-3304 9.6km y girar a la derecha hacia C. Rda. Escolares/A-3051, después de 100 metros girar ligeramente a la izquierda hacia C. Redonda Molino de Viento hasta el Mirador de la Marota, donde comienza la ruta.

La ruta en Google

Ruta de la Dehesilla en Guadalcázar

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